La
confesión de 39 productores de TV:
usan
las series del “prime time” para la agenda izquierdista
Escándalo en ciernes. En un libro-entrevista,
los responsables de la industria televisiva de Hollywood confiesan contra todo
pronóstico su propio sectarismo
C.L./ReL -4 junio 2011.
Que la industria de la televisión es
mayoritariamente de izquierdas y que utiliza las series del prime time para
favorecer la agenda de la izquierda podía considerarse hasta ahora un secreto a
voces. Resulta algo demasiado evidente.
Pero
nunca había sido confesado de forma clara y masiva como hasta ahora. Ben
Shapiro, un joven pero ya bastante conocido columnista judío de 27 años (con 17
años batió todos los récords al tener firma sindicada en varios medios),
entrevistó a 39 pesos pesados del "todo Hollywood" y éstos se
confiaron con él.
Viniendo
de Harvard...
Shapiro estudió Derecho en Harvard y se llevó a
todas sus citas la gorra de la universidad. "Siendo judío y habiendo
estudiando en Harvard, hay un 98,7% de posibilidades de ser de
izquierdas", explica. Así que sus interlocutores se confiaron. Y el caso
es que todo lo que dijeron está plasmado en un libro, Prime Time Propaganda, y
además en unas grabaciones que Shapiro está ya difundiendo a través de
Internet. La difusión va a ser máxima, porque la obra será publicada por una
editorial filial de HarperCollins.
Y son explosivas, porque vienen a reconocer que
el mundo de la televisión norteamericana (que produce series que se consumen en
todo el mundo) está controlado por personas que: uno, excluyen sistemáticamente
a todo aquel que no sea progresista; y, dos, van fabricando productos según las
necesidades y objetivos de la agenda progresista.
Un reportaje en The Hollywood Reporter recoge
algunos casos y algunas confesiones.
Conservadores,
esos "idiotas"
Marta Kauffman, co-creadora de Friends, explica que cuando en la serie
puso a la hermanastra del líder conservador Newt Gingrich casando a una pareja
de lesbianas, fue "para j... a la derecha". Y reconoce que selecciona
el staff de la serie para que sean "mayoritariamente progresistas".
Susan Harris, creadora de dos series míticas, de
los setenta (Enredo) y de los ochenta (Las chicas de oro), tan geniales en el
humor como disolventes en el mensaje moral, considera que los críticos de
televisión conservadores son "idiotas" y tienen "mentes
medievales". Y dice una frase: "Al menos, pusimos a Barack Obama donde
está", donde el "pusimos" lo dice todo.
Larry Gelbart y Gene Reynols admiten que
llenaron M.A.S.H. (la popular serie sobre un médico militar en Corea) de
mensajes pacifistas, y Vin di Bona, que llenó McGyver de mensajes contra el
derecho a llevar armas, una vieja batalla de la izquierda norteamericana y de
las pocas donde no han conseguido un triunfo total. Di Bona, a preguntas de si
es verdad, como dicen los conservadores, que todo el mundo en Hollywood es
progresista, responde: "Creo que es exacto, y además estoy encantado de
que así sea".
O eres
"uno de los nuestros", o...
Leonard Goldberg, productor de Los Ángeles de
Charlie y de Starsky y Hutch, afirma que la izquierda "es 100% dominante
en Hollywood, y quien lo niegue está negando la verdad". Y no es
casualidad que sea así, sino que responde a una endogamia sectaria. Shapiro le
pregunta a Goldberg si la política es una barrera de entrada: "Absolutamente",
responde.
Sencillamente, es su cortijo. Fred Pierce,
presidente de la ABC en los años ochenta, reconoce que quien sea conservador
tiene poco futuro en la televisión. Quien no sea de izquierdas, "no
asciende, se queda en el subsuelo".
David Shore, creador de House, es aún más sincero: "En esta ciudad se asume que todo
el mundo es de izquierdas. Si alguien es de derechas es mirado como con horror,
y de lo que estoy seguro es de que eso no les ayuda".
Ahí está el caso de Dwight Schultz, el intérprete
de Murdock en El Equipo A, que se confiesa admirador de Ronald Reagan. Perdió
un casting por este sencillo argumento del productor del show al que aspiraba,
Bruce Paltrow: "¡Aquí no va a haber un imbécil de Reagan!"
Nicholas Meher, productor de la película para
televisión El día después, que en 1983 retrataba lo que sería el mundo tras un
holocausto nuclear, reconoce en las cintas que tiene Shapiro que hizo esa
película para impedir la reelección de Reagan.
Manipular
a la juventud
Quizá la opinión que mejor lo resume todo es la
de Doug Herzog, presidente de MTV,
quien ve su trabajo como el de alguien que tiene "superpoderes" para
influir sobre la juventud.
Que es, en última instancia, de lo que se trata:
utilizar el prime time para crear una sociedad al gusto del establishment
progresista. Algo muy palpable sin más que encender la televisión, pero...
nunca nadie había conseguido reunir tantas confesiones juntas sobre lo mismo.