“No se Sorprendan Cuando Destruyamos todo”
por
Marcelo González
Esta es la frase final de una de las
"canciones" de Marilyn Manson (Brian Warner) el cantante de aspecto
andrógino y satanista confeso que ha anunciado se suicidará en alguno de sus
shows.
Mucho se ha dicho sobre el chico de 14 años que
asesinó en Carmen de Patagones, Buenos Aires, Argentina a 3 compañeros, e hirió
gravemente a otros 6 disparando a mansalva con una pistola de alto calibre, sin
causa aparente, en su salón de clase escolar, después de anunciar que ese sería
un "buen día". Nadie parece haber advertido la causa más probable de
todas: su culto por la figura y las canciones de Marilyn Manson.
Los padres, tanto del homicida como de las
víctimas están en un estado de consternación que los ha paralizado. Solo atinan
a esconderse unos y hacer marchas de silencio portando carteles con las
imágenes de los asesinados los otros. Ni siquiera ha habido hasta ahora una
explicable -aunque injustificada- reacción violenta contra la familia del
asesino, un joven inteligente, de buen desempeño escolar, retraído, que gustaba
escribir frases enigmáticas sobre el suicidio y la muerte.
Un psicópata, sin duda, resuelven a dúo Freud y
Lacan en beneficio de los que están lejos. Todo solucionado. Cambiemos de
canal.
Pero para los que están ahí no es tan fácil.
El intendente municipal dice que la ciudad está
golpeada por la crisis socioeconómica y la desocupación, producto de las
políticas neoliberales de los ‘90. Faltó echar la culpa a Anne Krueger...
Lo cierto es que el padre del adolescente en
cuestión pertenece a una fuerza de seguridad y ha estado ocupado durante la
famosa crisis.
La Provincia ha enviado equipos de psicólogos y
psicopedagogos para dar "contención" a los sobrevivientes y a sus
familias. Todos viven un verdadero infierno que no acaban de entender. Los
"profesionales" buscaran complejos y perversiones intrafamiliares,
darán latosas y alambicadas explicaciones sobre el superyó, el ego y el ello. Y
volverán a sus casas con la conciencia del deber cumplido.
El párroco que celebró la misa por las víctimas
habló de tragedia inexplicable... Bien, que no entienda el intendente, podría
excusarse. Que los freudianos y lacanianos se lo atribuyan a Edipo... ¡Pero el
párroco! ¿No sabe el buen párroco quién es Marilyn Manson y qué predica en sus
canciones? ¿No sabe lo que es el Demonio y la influencia que puede tener sobre
las almas, especialmente las carecientes de vida sacramental y las influidas por
las doctrinas satánico-rockeras? Ilustrémonos, que viene bien al caso. Esta es
una de las canciones de Marylin Manson:
Disposable
Teens (Adolescentes descartables)
Estoy en un arcoiris negro
soy el mono de dios
tengo un rostro hecho para ejercitar la violencia
soy la distorsión de un adolescente
un aborto que ha sobrevivido
un rebelde de la cintura para abajo
quiero agradecerte, mamá
quiero agradecerte, papá
por traerme a este mundo de m...
a un final amargo
nunca he odiado un dios verdadero
pero odié siempre al dios de la gente
dicen que quieren evolución
el mono fue un gran triunfo
dices que quieres la revolución,
y yo digo que estás lleno de m...
somos adolescentes descartables
somos adolescentes descartables
somos adolescentes descartables
somos descartables
cuanto más nos teman
más creceremos
cuanto más nos teman
más creceremos
y no se sorprendan, no se sorprendan
no se sorprendan cuando destruyamos todo
soy el mono de dios
tengo un rostro hecho para ejercitar la violencia
soy la distorsión de un adolescente
un aborto que ha sobrevivido
un rebelde de la cintura para abajo
quiero agradecerte, mamá
quiero agradecerte, papá
por traerme a este mundo de m...
a un final amargo
nunca he odiado un dios verdadero
pero odié siempre al dios de la gente
dicen que quieren evolución
el mono fue un gran triunfo
dices que quieres la revolución,
y yo digo que estás lleno de m...
somos adolescentes descartables
somos adolescentes descartables
somos adolescentes descartables
somos descartables
cuanto más nos teman
más creceremos
cuanto más nos teman
más creceremos
y no se sorprendan, no se sorprendan
no se sorprendan cuando destruyamos todo
No intentamos demasiada exégesis, basten los
resaltados: soy el mono de dios, este es uno de los nombres del demonio. Tengo
un rostro hecho para ejercitar la violencia... sin comentarios.
nunca he odiado un dios
verdadero
pero odié siempre al dios de la gente
pero odié siempre al dios de la gente
¿Quién es el "dios verdadero" que
reconoce este satanista y ponen en duda los curas católicos...? No es difícil
deducirlo, como tampoco ese "dios" al cual odia.
somos adolescentes
descartables...
no se sorprendan cuando destruyamos todo
no se sorprendan cuando destruyamos todo
Bien, estimados psicólogos, psicoterapeutas, Sr.
Intendente, Sr. Cura párroco, padres y madres destrozados por la tragedia: es
muy probable que no podamos sentir tan hondamente como Uds. el dolor y el
espanto de lo allí vivido y que sus mentes no estén bien dispuestas a reclamaciones.
Pero cuando salgan del efecto inmediato del
horror vivido y se vuelvan a preguntar ¿por qué?, no dejen de considerar que la
canción arriba citada es un mandato, que el chico en
cuestión cumplió literalmente.
Él tomó en serio la oferta espiritual de Marilyn
Manson, (presumiblemente no recibió ninguna otra oferta espiritual más
interesante) que es el satanismo autodestructivo, la perversión sexual, el odio
por la vida misma, propia y ajena. Él lo tomó bien en serio.
Y Uds. ¿qué oferta espiritual hacen a sus hijos?
Y consecuentemente ¿cuándo van a tomar en serio lo que el mundo les ofrece en
lugar de Uds. y apartarlos de estas influencias destructivas?
No duden que sólo lo lograrán con un oferta
mejor, que va más allá de un futuro próspero, de una libertad para la
"diversión", o de un mero "tomá dinero y hacé tu vida". Sin
un retorno a la Fe, el ejemplo de virtud, a la vida sacramental, y una estricta
vigilancia y alejamiento de ese mundo horroroso -que casi todos toman como una
mera travesura carnavalesca, o con resignación de derrotados- nuestra juventud
está en serio peligro de autodestrucción.
Revista Panorama
Católico Internacional Nº 37, Julio-Octubre de 2004.