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viernes, 4 de octubre de 2013

MÚSICA DEL INFIERNO



La Renga es uno de los grupos más difundidos en el ambiente del “rock nacional”. Explícitamente satánico, tanto en su simbología como en sus letras, miles de jóvenes son entregados por la sociedad apóstata a las garras de estos idiotas que se creen que se salen con la suya cuando “se hacen amigos del Diablo”. Pero éste siempre paga mal. No sólo las miles de jóvenes víctimas que mueren violentamente en los recitales, o esclavos de la droga, el alcohol o el desenfreno sexual, sino que peor aún, los que van camino de perder sus almas si no vuelven atrás por ese camino fácil que se les propone en estos aquelarres o “misas paganas” que son los recitales de rock.
Debajo la letra del tema incluido en el video, “Balada del Diablo y la Muerte”, donde “espera a ese que no va a venir”, es decir, Cristo, y por lo tanto prefiere hacerse amigo del Diablo y la muerte:

Estaba el diablo mal parado
en la esquina de mi barrio
ahí donde dobla el viento y se cruzan los atajos,
al lado de él estaba la muerte con una botella en la mano;
me miraban de reojo y se reían por lo bajo
y yo que esperaba no sé a quién,
al otro lado de la calle del otoño,
una noche de bufanda que me encontró desvelado
entre dientes oí a la muerte que decia así:
-"cuántas veces se habrá escapado
como laucha por tirante,
y esta noche que no cuesta nada
ni siquiera fatigarme
podemos llevarnos un cordero con sólo cruzar la calle".
yo me escondí tras la niebla y miré al infinito
a ver si llegaba ese que nunca iba a venir,
estaba el diablo mal parado
en la esquina de mi barrio
al lado de él estaba la muerte con una botella en la mano.
Y temblando como una hoja
me crucé para encararlos y les dije
me parece que esta vez me dejaron bien plantado,
les pedí fuego y del bolsillo saqué una rama pá convidarlos
y bajo un árbol del otoño nos quedamos chamuyando,
me contaron de sus vidas
sus triunfos y sus fracasos,
de que el mundo andaba loco y hasta el cielo fue comprado
y más miedo que ellos 2 me daba el propio ser humano
y quizás yo no esperaba a nadie y entre las risas del aquelarre
el diablo y la muerte se me fueron amigando
ahí donde dobla y el viento y se cruzan los atajos,
ahí donde brinda la vida,
en la esquina de mi barrio.



Portada del disco donde se incluye la canción citada. Huelgan los comentarios.