por el Profesor René Lejeune
A los
doce años, los adolescentes desaparecen de nuestras Iglesias. Queda sólo la más
pequeña minoría de los que se beneficiaron de un sólido apoyo espiritual
familiar.
Este
fenómeno, casi universal, encuentra su explicación en la paganización
generalizada de la atmósfera que aquellos jóvenes respiran. En la casa quedan
pocas huellas de lo divino, fuera de las grandes ocasiones de la vida; en los
tiempos libres, es el ruido, la agitación, el desarreglo de los sentidos.
UNA FUENTE ENVENENADA
Hay
precisamente en los jóvenes, un tiempo de ocio que arrastra literalmente este
desarreglo. Un tiempo libre que ocupan durante horas. Se trata de esta música
sincopada hipersonora, que llaman el ROCK N’ROLL.
Es una
de las fuentes del malestar de los jóvenes, de su incapacidad de elevarse hacia
las esferas donde Dios habla al alma.
El Rock n’Roll ocasiona lo que
llamaría una “oclusión de lo espiritual”. Es indispensable que los padres sean
informados de los daños que la escucha cotidiana y prolongada de este ritmo
sincopado puede ocasionar física y mentalmente a sus hijos.
PERTURBACION FISICA
Estudios
medicales numerosos atestiguan que el hecho habitual de oír este bullicio
sonoro, produce efectos nocivos sobre el sistema nervioso central y el sistema
endócrino. Esto puede provocar enfermedades cardiovasculares, hipertensión,
perturbación de la personalidad. En el plano síquico, la capacidad de
concentración y el control de la voluntad están afectadas a grados diversos.
Turbaciones de la memoria pueden manifestarse. El estado hinóptico en el cual
el adolescente, gran consumidor del Rock, está hundido, lo transforma por
momento en una especie de trompo. No hay que extrañarse que se manifiesten
impulsos incontrolables, los cuales empujan al saqueo y al vandalismo. Los
daños auditivos son numerosos y a menudo irreversibles.
ALTERACIONES DEL JUICIO
En los
conciertos públicos de Rock n’Roll, el ensordecedor flujo de decibeles, más allá
de la tolerancia, es doblado por los efectos ópticos con alternancia
enceguecedora de potentes rayos, de luz y tinieblas. Eso puede ocasionar,
alteraciones del juicio, del sentido de la orientación, tal como el desarreglo
de los mecanismos biofísicos de defensa natural. Monstruosos flujos de 50.000
watts se suman a los 100 y 120 decibeles, maltratan gravemente el nervio óptico
y el tímpano, como también afectan el conjunto del organismo.
Marilyn Manson,
Pretty As A Swastika (Subtitulos Español).
Un verdadero monstruo, Brian Warner (verdadero nombre
de este enfermo) es un estafador, pues su música es pésima. Pero además es
satánico, degenerado y blasfemo, inyectando odio en miles de pobres
descerebrados que lo siguen, mientras él se llena de dinero.
Las
estadísticas demuestran que muchos adolescentes consagran diariamente 3 a 5
horas a la escucha de música rock. El mundo entero está afectado por este
fenómeno salido de los países anglosajones, hace unos 30 años. El amor libre de
la joven generación, la droga, el estado de confusión moral y mental, vienen en
gran parte de ahí. La vibración de las bajas frecuencias afecta el cerebro y la
glándula hipófisis, fuente de varias hormonas, en especial la del crecimiento.
Eso provoca a menudo un desequilibrio en el sistema hormonal, que es muy
delicado, en especial referente a las hormonas sexuales y suprarrenales.
EFECTOS DESASTROSOS
El Rock
n’Roll (el Rock es un término que ha sido forjado para recordar el acto sexual
co-creador de la persona humana, imagen de Dios. En el rock la inspiración
satánica se emplea en saquear esta Imagen hasta la perversión) es una espantosa
perversión afectando a la juventud; y es a escala mundial que esta perversión
se manifiesta. Por eso hay que preguntarse si no se trata de un montaje
devastador “del asesino del hombre desde el comienzo" (Jn 8, 44). Satanás
encuentra siempre instrumentos dóciles para seguir más o menos deliberadamente
su acción en la tierra. En el Rock n’Roll, esta acción es visible por sus desastrosos
efectos fisiológicos que echa a perder al hombre, “imagen de Dios”, intolerable
a los ojos del Príncipe de las Tinieblas, Por su ritmo fuertemente sincopado y
su superpotencia sonora, el “beat” produce, además de los efectos ya señalados,
una aceleración de las pulsaciones cardíacas, un aumento de la tasa de
adrenalina, lo que provoca un tipo de euforia general momentáneo, a dominante
sexual, la que produce en ciertas personas, hasta orgasmos repetidos. En cuanto
a sus consecuencias espirituales, son mortíferas por la inclusión, en ciertos
discos rock, de técnicas propiamente demoníacas.