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sábado, 1 de diciembre de 2018

PRUEBAS DE LA ESTRECHA RELACIÓN DEL ROCK CON EL SATANISMO Y OTROS GRAVES DESÓRDENES





por Javier Navascués


El P. Juan Gonzalo Callejas, sacerdote exorcista colombiano, ha estudiado en profundidad la relación existente entre el rock y el satanismo y las nefastas consecuencias que tiene en muchas almas que han acabado consagrándose a Satanás. No es simplemente puro marketing, como nos quieren hacer creer, es algo real y perfectamente demostrable como explicará en esta entrevista. Acompáñenos en un viaje apasionante a las entrañas e inframundos del rock y de toda la ideología que hay detrás.


¿El tema del rock y el satanismo es más serio de lo que parece?

Efectivamente y creemos estar en la obligación de dar un toque de alarma sobre una realidad que amenaza a nuestra sociedad, a nuestra fe: los mensajes satánicos en la música rock y la música latina. Se trata de un peligro que va dirigido especialmente contra uno de los sectores más indefensos de la sociedad: los jóvenes.

Queremos atraer la atención sobre todo de los adolescentes, por ser ellos el objetivo directo del mal que se esconde en la música. Así mismo nuestra alarma la dirigimos a los padres, educadores, y a toda autoridad constituida, porque estamos seguros de que nos encontramos ante una de las armas más peligrosas para la misma convivencia humana.

Muchos lectores en este primer punto, pueden pensar que exagera, ¿Todo el rock es satánico o sólo el más duro?

Para entender la maldad encerrada en este tipo de música, debemos partir del presupuesto que, desde la antigüedad, las culturas han vinculado cierto tipo de música a los rituales procreativos. Con este fin los creadores o inspiradores del heavy metal llevaron a cabo una intensa investigación de los ritmos de tribus africanas y de los ambientes vudú, recopilando todos los ritmos de ritos copulatorios, de encantamientos y de los conjuros mágicos.

El beat martillea con insistencia todas las pulsaciones emotivas, físicas y sicológicas, buscando el modo de excitar el sistema nervioso de los oyentes y de paralizar el proceso mental de la conciencia. Podríamos decir que el ritmo o “beat” es el arma principal del rock para atacar las conciencias. Desafortunadamente no es la única, es sólo la primera de una larga lista.

La propia palabra rock significa fornicación en ambientes marginales y está basado como dice en ritos copulativos tribales…

En 1954 el músico Bill Haley se hace famoso con el tema Rock around the clock y un disc-jockey acuña el término “Rock and roll” para identificar este nuevo ritmo musical, en aquel entonces no significaba lo que hoy entendemos por rock and roll. Esta frase está tomada de la jerga popular de los guetos americanos y describe los movimientos del cuerpo durante el acto procreador humano.

Según esto, podemos apreciar que ya desde sus orígenes este ritmo lleva en sí la impronta de una revolución sexual, que llevará su manifestación más descarada en el cantante Elvis Presley, que se consagró a promover el sexo libre entre los jóvenes, a la par que una rebelión contra todo lo puritano y religioso.

Este verdadero ídolo de tantas generaciones se complacía en incitar a la juventud, no sólo con la música y las letras, sino sobre todo con gestos provocativos que acompañaban sus espectáculos. Por esa razón, desde el principio de su carrera fue apodado Elvis, “The pelvis”, por los movimientos rotatorios de su cintura.