NO
ES LO MISMO SER LIBRE QUE INDEPENDIENTE
Algunos
piensan que la libertad es para hacer lo que nos plazca, y no es así.
Todos
estamos sometidos a normas. La diferencia es que se pueden seguir
voluntariamente o pataleando.
El
primero se siente libre; el segundo, no. Soy libre porque hago voluntariamente
lo que debo hacer.
No
soy libre si lo hago a la fuerza. El que para ser libre hace siempre lo que le
apetece, sea bueno o malo, no es libre, es esclavo de sus apetitos.
Dios
nos ha hecho libres, pero nos ha dado unos mandamientos que hay que cumplir.
Y
a la Iglesia le ha dado potestad de mandar: "lo que atéis y lo que
desatéis".
Y
Jesucristo, el más libre de la historia, se sometió a la voluntad del Padre.
Por eso en Getsemaní decía: "no se haga mi voluntad, sino la tuya".
La
Ley de Dios no es para quitar la libertad, sino para ayudar al hombre a que se
realice correctamente.
Son
como las vías del tren, le obligan a ir por una ruta, pero para ayudar a
avanzar y llegar.
Si
el tren, para ser libre, se sale de la vía, se despeña.
Tengamos
la sensatez de ser libres haciendo voluntariamente lo que debemos hacer.
JORGE
LORING, S.I.