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jueves, 10 de julio de 2014

COMISARIATO DE CORRECCIÓN POLITICA



Forster: ya tiene comisario el pueblo



Guillermo Rojas


“Mi formación es de la tradición europea, de la Escuela de Fráncfort y en particular seguí el pensamiento de Walter Benjamín”.

Ese es el distintivo del nuevo comisariato de Corrección Política establecido por el kirchnerismo quien contratara para ese cometido de dudoso gusto al “intelectual” profesional Ricardo Forster. El progresismo kirchnerista es lo más concentrado en la materia, reúne la soberbia propia de los marxistas sabelotodo que durante años hemos detestado en la universidad, con el cometido de disculpar, tapar o explicar para la gilada la corrupción política del gobierno desde las lavadoras de Báez hasta la mugre hoy enjuiciada de Boudou. Reúne en si la perversión intelectual y la corrupción de la conducta, desde que justificar o sea volver justo lo que es de por si injusto es la máxima corrupción, Llamar al mal bien y al bien mal.

Esa será parte de su tarea como cuando afirmo elípticamente de que investigar los chanchullos de vicepresidente es conspirar para que no haya una sociedad democrática institucionalizada,  máxima descalificación con que el sistema trata de defenderse de los ataques de  quienes quieren desenmascararlo. Solo superado por el clásico “insulto” de fascista.

El pensamiento “nacional” del kirchnerismo

No resulta curioso que se haya echado mano para representar al pensamiento nacional a alguien formado justamente en las antípodas del mismo. El pensamiento de la Escuela de Frankfurt. Totalmente integrada por judíos paranoicos con el tema del nazismo, es un pensamiento moldeado por el marxismo, que ha repudiado siempre la nacionalidad declarándose internacionalista, pero para peor esta variante del marxismo tiene elementos como para corroer desde las raíces al verdadero pensamiento nacional. Es esencialmente anticatólico- enemigo de lo judeocristiano- como dirían sus máximos epígonos como Teodoro Adorno y Max Horkheimer y en una guerra contra ello centraron todas sus teorizaciones. Con la excusa del pensamiento crítico no dejarían en pie ninguna de las bases en la que pudiera asentarse un pensamiento y una cultura auténticamente nacional.Los blancos predilectos son la familia, las tradiciones y, sobre todo, la creencia en ello, puesto que para estos teóricos lo que no está de acuerdo con sus tesis simplemente es fascismo o nazismo.

No sorprende del kirchnerismo pues este siempre se ha declarado admirador de todo aquello que tuviera que ver con una visión revulsiva y tergiversante tanto de la historia como de la cultura en general. La tendencia a vivir en el mundo del revés: Para ellos la seguridad ciudadana es el imperio del delito, un matrimonio puede ser celebrado por personas del mismo sexo, la corrupción de las conductas es sinónimo de institucionalización política. Por lo tanto lo lógico, para esta gente, es defender el pensamiento nacional destruyéndolo desde la raíz. Ese es el imperio de lo políticamente correcto según los cánones del progresismo imperante. Lo gracioso es que para los no kirchneristas, liberales o  tan progres como estos la nueva área del estado es una muestra del “fascismo” del gobierno. Una vuelta más de tuerca a lo absurdo.

La nube radioactiva

Forster, representa a lo más “fana” del espectro K, los intelectuales orgánicos de Carta Abierta, la gran mayoría tributarios del mismo pensamiento progresista neo marxista de Frankfurt, y como diría Volkov en ese pensamiento conviven diferentes cosas disimiles y no fácilmente compatibilizables. En él encontramos restos de un cristianismo degradado, de un socialismo reivindicativo, de un economicismo marxista, y de un freudismo en permanente rebelión contra la moral del yo. Si comparamos el hundimiento del comunismo con una explosión atómica, diríamos que lo políticamente correcto constituye la nube radioactiva que sigue a la hecatombe. Nada más acertado para definir o caracterizar al pensamiento (si es que puede llamárselo así) del gobierno.

Este pensamiento concentra el maniqueísmo en la observación de la sociedad. La cultura y la historia de manera tal que  Lo políticamente correcto (siguiendo a Volkov)  representa el bien y lo políticamente incorrecto representa el mal. El summun del bien consiste en buscar en las opciones y la tolerancia en los demás, a menos que las opciones del otro no sean políticamente incorrectas; el summum del mal se encuentra en los datos que precederían a la opción, ya sean éstos de carácter étnico, histórico, social, moral e incluso sexual, e incluso en los avatares humanos. Lo políticamente correcto no atiende a igualdad de oportunidades alguna en el punto de partida, sino al igualitarismo en los resultados en el punto de llegada. Los medios que se empleen para lograr esto no interesan mucho.

Si tenemos en cuenta que la mayoría de los aficionados a esta tara ideológica son en su mayoría intelectuales desarraigados comprendemos con la lógica kirchnerista el porqué de la designación de este personaje como comisario del pensamiento “nacional”. La forma de pensar de Forster es supra nacional y anti-nacional mas precisamente. Es una forma de pensar que nació del marxismo en Alemania, fue difundida por universidades norteamericanas y hoy contamina al mundo entero predicada por personajes que se dicen tolerantes pero que no practican la tolerancia. Que hablan de socialismo y militan en el bando del capitalismo y la democracia burguesa.