"Hombres
perversos y depravados usan de la música como de un excitante para entregarse a
los goces terrenales, en vez de levantarse beatíficamente por medio de ella
hasta Dios y hasta la contemplación de las cosas divinas. Por mi parte,
trabajo, gracias a Dios, únicamente para conseguir que la modulación de las
voces esté exclusivamente dedicado al fin para el cual fue en un principio
inventada; es decir: Deo optimo
clarissimo laudibusque suis [A Dios óptimo y glorioso, y para su
alabanza]".
Tomás Luis de Victoria