En
el tema del vestido se manifiesta "lo que queremos lograr"... ya sea
distinción, elegancia, comodidad, atracción..
El vestido es para cubrir y no para sugerir
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Por Rosa Martha Abascal
Olascoaga
"Ni prostitutas ni santas, sólo
mujeres"... fue uno de los slogans de una marcha que comenzó en Canadá, y
que ahora se ha replicado en muchas ciudades del mundo incluyendo el DF... Pero
¿a qué viene una expresión tan extrema y agresiva?
¿La historia?... a un policía de Toronto, Michel
Sanguinetti, se le ocurrió comentar que "las mujeres deben evitar vestirse
como prostitutas para no ser víctimas de la violencia sexual"... eso bastó
para que muchas mujeres indignadas salieran a las calles a manifestar que ellas
se podían vestir como quisieran, o incluso desnudarse (como sucedió en varios
casos en la marcha realizada en la Ciudad de México), y que por ello, nadie
puede faltarles al respeto ni imaginar siquiera que son prostitutas o que
quieren tener relaciones sexuales con un hombre.
Una gran cantidad de lemas "creativos"
salieron a relucir en dicha marcha...
Si no fuera tan dramático, causaría gracia tanta creatividad que trata de disimular y envolver una lucha sexista, promotora de antivalores y que muestra una pérdida total del respeto que la mujer debe tenerse a sí misma, la cual debería ser una de las banderas de un auténtico feminismo.
¿Qué
es lo que lleva al ser humano a cubrirse?
Hay que regresar al principio de los tiempos
"En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de
que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con
ellas" (*).
El propósito más básico del vestido, es protegernos
de las inclemencias del tiempo, todos los animales del planeta, han
desarrollado mecanismos de protección, una piel mas dura, un pelaje abundante,
una capa gruesa de grasa... y el ser humano no cuenta con ello. Por lo que
desde las épocas de las cavernas, se cubrían con pieles de otros animales y con
plantas.
El vestido también tiene un propósito social: estar
adecuados al lugar en el que estamos... es decir, si tu vas a la oficina, es
completamente impropio que te presentes en traje de baño, bien podrían negarte
la entrada. Si estás en la playa, estar vestido de traje sastre también es
igualmente impropio y ridículo (N. de la R: aunque ahí también debe mantenerse
el debido pudor).
El vestido también nos ayuda a expresarnos. Por
ejemplo, las pandillas tienen una forma particular de vestirse y mostrar su
rebeldía, los hippies otra, los darketos otra... cada grupo de estos expresa
mucho de lo que quiere y de lo que tiene dentro a través de la vestimenta. Pero
no necesitamos irnos a casos tan extremos para entender, que también nosotros
en nuestra vida cotidiana, expresamos lo que somos... ¿qué piensas tú de un
señor de 70 años que sigue vistiendo de cuero y con pelo largo y aretes?...
Pero algo aún más radical en el tema del vestido es
que manifiesta "lo que queremos lograr"... ya sea distinción,
elegancia, comodidad, atracción... una mujer que sólo busca atraer a su
hombre sexualmente, usa ropa sexy, atrevida, enseñadora. Una mujer que quiere
proyectar elegancia, distinción y profesionalismo, usa traje sastre pero jamás
usará algo que mande la señal de vulgaridad o de sexualidad.
En pocas palabras, la ropa es un envoltorio que
"vende" lo que somos y queremos lograr. Es una realidad también, que
las mujeres que se dedican a la prostitución usan muy poca ropa y que lo hacen
para lograr un fin claro: atraer a los hombres sexualmente.
Lo esencial es: ¿qué queremos lograr al vestirnos?,
cuando tú te amas y te respetas, cubres esas partes íntimas de ti que nadie
tiene por qué conocer, porque vales tanto, que no necesitas mostrarlas para
atraer la mirada y el reconocimiento de otras personas. A esto se le denomina
pudor. Desde que el hombre es hombre, el pudor es una parte esencial de su
vida.
El pudor se puede definir como un mecanismo
instintivo, propio de la castidad, que protege la intimidad sexual. El pudor no
nos lleva a ignorar lo sexual, sino a comprender lo trascendente de la
sexualidad entregándola de forma exclusiva. No permite que una persona sea
reducida a un objeto de consumo visual o activamente sexual
La
realidad...
Sin embargo es un hecho, que en la sociedad contemporánea,
se ha perdido el sentido del vestir... la tan traída y llevada
"libertad" ha abierto la puerta a la promiscuidad. Hoy mujeres de
todas las edades, desde adolescentes hasta abuelitas, reclaman para sí "ni
de iglesias, ni de maridos, ni de partidos, mi cuerpo es mío".
De esta forma se ha generalizado una forma de vestir
que es una realidad que antes era usada exclusivamente por mujeres que buscaban
prostituirse (micro faldas, micro shorts, ombligueras que parecen brasieres,
transparencias, etc.) y se vuelve difícil diferenciar a una mujer simplemente
"liberada" con una mujer que está buscando tener sexo ya sea para
satisfacer una "necesidad" o para obtener recursos económicos.
Esto se debe a la pérdida de la autoestima, a la
pérdida de valores que muestren a las niñas, a las jóvenes y a las mujeres, que
el valor que ellas tienen no se debe al cuerpo que posean, sino a lo que son
por dentro y que debería manifestarse en una actitud en el vestir, en una
actitud al convivir que evidenciara lo extraordinariamente valioso de sí
mismas, en lugar de vender lo más efímero y superficial que ellas poseen que es
su cuerpo...
Nada
justifica...
Lo que es una realidad también, es que nada justifica
la falta de respeto de un hombre. No es un animal para reaccionar como si
estuviera en celo frente a la presencia de una mujer más destapada. Siendo un
hombre y no un animal, debería tener un control absoluto sobre su sexualidad y
sus emociones.
También es cierto, que una mujer difícilmente
entenderá el esfuerzo que esto supone para un hombre, pues la mujer es mucho
más emocional. Para involucrarse con un hombre necesita de un vínculo... el
hombre reacciona más por pulsión, no requiere un vínculo emocional para poder
establecer una relación sexual. Si la mujer entendiera esto, también podría
lograr con su hombre (en su casa, en su hogar) cosas maravillosas en el ámbito
de una entrega única y exclusiva, y cuidaría mucho más su intimidad de miradas
y actitudes de hombres que por desfortuna no saben respetar a una mujer.
Al
final...
La pregunta es: ¿quién eres?, ¿qué quieres
transmitir con tu forma de ser, la cual incluye la forma en que te vistes?,
¿cómo quieres ser recordada?, ¿qué parte de ti quieres que brille en el
trabajo, la escuela, con los amigos y hasta con tus hijos?... ¿tu cuerpo o tu
integralidad?
Se congruente con lo que quieres transmitir,
valórate tú, y por consecuencia, serás valorada y respetada por el resto de las
personas con las que convivas... porque eres mujer y vales mucho más que lo que
tu cuerpo puede mostrar.
(*)Nota: Génesis 3:7-10